Lo primero que hizo un sportinguista cuando salio el calendario oficial de la liga el pasado verano fue apuntar en rojo el día que se jugaba en Salamanca.
No importaba que fuese de domingo a las 12, en diciembre, en pleno invierno en castilla, que abran todos los comercios ese domingo, que fuese cerca de navidad con todos los gastos típicos prenavideños, que el equipo lleve un punto de nueve posible, tres partidos sin marcar un gol, ese fin de semana esta subrayado en rojo y ya nada ni nadie puede borrarlo, ese fin de semana toca ir a Salamanca.
Ese fin de semana toca visitar la catedral, la plaza mayor, el río Tormes, hermanarse con la afición salmantina bebiendo sidra y comiendo embutidos, conocer la ciudad de día y sobretodo de noche y arropar al equipo hasta llevarlo a la victoria.
Pues ese fin de semana ha llegado y miles de asturianos sportinguistas están o estarán de viaje en las próximas horas, y es que cuando el Sporting juega en El Helmántico está jugando cómo si jugase en El Molinón, por eso entre los que van de Gijón, los que estudian o trabajan en la capital charra, los que se acercan desde Madrid, los que viajan desde otros lugares del mapa porque sportinguistas los hay en todo el mundo se esperan cerca de 4000 aficionados rojiblancos animando desde las gradas.
A veces me quedo pensando, que si a Salamanca van 4000, a Soria hace una semana más de 500, a Vitoria 2000, a Valdebebas cerca de 1000 personas y todos estos desplazamientos sin jugar una final de un gran torneo… ¿será por que la afición del Sporting es la más viajera de España?